viernes, 28 de octubre de 2011

Pornográfica moral homófoba

No es ningún secreto que en la sociedad actual, que suele tenerse por abierta de mente y moderna, tenemos múltiples ejemplos del puritanismo anquilosado en posturas de otro tiempo, basadas en una antigua moral que margina toda lógica, toda ética que pretenda racionalizar una acción cualquiera.

Para explicar lo que quiero necesito que veáis este corto vídeo pornográfico de 48 segundos:



Supongo que tras verlo, habrá quien haya quedado decepcionado por la escasísima carga erótica de estas imágenes. Se trata de una filmación de abril de 1896, The Kiss /Der Kuss (El beso) una de las primeras películas, que lleva la firma de Thomas Alva Edison.

Esas casi ingenuas imágenes provocaron un terremoto de escándalo entre la sociedad de final de siglo XIX. Ríos de tinta corrieron ante tamaña falta de decoro. Despertó las iras de las ligas en defensa de la moral y la decencia, hasta tal punto, que la policía requisó todas las copias de las salas en las que se exhibía. Se conserva una crítica de la época: "El espectáculo de ver a una pareja acoplando sus labios a un tamaño digno de Gargantúa resulta cuando menos repulsivo".

Hoy en día, la apertura de mentes en cuanto al amor que parece una asignatura superada, pero no es más que un espejismo y en realidad no estamos tan lejos de esa sociedad decimonónica. Aún hay personas que no son capaces de hablar de la sexualidad abiertamente, sin tabúes. Son víctimas de una educación reprimida por la moral. Sin llegar a los extremos de personas que llaman a los programas nocturnos de radio para preguntar si por una felación pueden quedar embarazadas, o si es cierto que masturbándote te quedas ciego, un amplio sector de la sociedad carece de conocimientos relativamente básicos de sexualidad que, en ocasiones, provoca que los hijos sepan más que los padres, con los problemas que conlleva la falta de comunicación fluida padre-madre-hijo-hija.

No hablemos ya de la homosexualidad, muchos van de modernos y de comprensivos con las tendencias sexuales de los demás, a la par que te reconocen que no les gustaría tener un hijo o hija gay o lesbiana, pasándose absolutamente por el arco del triunfo la felicidad del vástago en cuestión.

Nos guste o no, vivimos en una sociedad que se cree moderna solamente por haber blanqueado la fachada de una moral añeja, tan moralista y poco racional que se alarmaba por un simple beso en los labios.

Así que ya sabéis, si no queréis ser criticados ni tachados de inmorales: el sexo sólo para reproduciros, los métodos anticonceptivos son pecado por mucho que tratéis de evitar enfermedades como el SIDA, y por supuesto, a la hora de abortar, reza para que tus papás tengan posibles y puedan decir que te has ido a "estudiar a Londres". ¿Volveremos a eso?

Mientras podamos:
Es mejor ser diablo que aburrida santidad,
y amarse con vicio hasta ya no poder más.
Y subir al cielo,
lo nuestro es volar en el cuerpo a cuerpo.

Dice que es pecado
el que nunca ha amado
y nada ha dado.

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