martes, 30 de noviembre de 2010

Sobre el final de la historia...


Se está demorando la tercera parte de la historia, lo siento, pero mis negociaciones para que los días empiecen a tener 50 horas y así poder hacer todo, de momento no dan muchos frutos.

Para quién no sepa de qué diablos estoy hablando:

Parte 1-Paseando por esta memoria mía

Parte 2-Continuando el paseo


Mañana sobre esta hora aproximadamente, la de los informativos de la noche, trataré de tener la tercera parte, espero que os guste.

Mientras tanto, os dejo una canción de Rulo y la Contrabanda:

viernes, 26 de noviembre de 2010

Continuando el paseo


Lo prometido es deuda, la primera parte de la pequeña historia que puse anoche, tiene hoy su continuación:

Como ya dije, el siguiente paso en mi camino, me hizo mudar mi vida a la ciudad de Valladolid, me disponía a cumplir uno de tantos sueños, convertirme en arquitecto. Para ello había renunciado al sueño de seguir creciendo junto a ella, la que nunca me había pedido nada y todo me lo había dado.

Pasaron varios años, en ellos perdimos cualquier tipo de contacto, mi residencia cambió varias veces de país, Reino Unido, Alemania, Italia, Portugal,... mis ojos se cruzaron con muchas miradas, compartí decenas de sueños nuevos con otras personas, pero eso no impedía que siguiese pasándose por mi mente cada cierto tiempo.

Un día de tantos, hace pocos meses, me encontraba en Plasencia, estaba haciendo papeleo en el centro. Mientras caminaba por una estrecha calle comercial, me iba fijando en las tiendas, en lo que han ido cambiando los distintos locales, en los escaparates,... recordando grandes momentos en aquellas calles, todo ello con un punto de nostalgia que no alcanzaría muy bien a describir. De repente unos metros más adelante me pareció verla, mi ritmo cardíaco se multiplicaba a medida que mis pasos me acercaban a esa persona que años atrás había sido todo para mí.

Ella se encontraba sentada en el alféizar del escaparate de una tienda de ropa, mientras fumaba relajadamente un cigarro. ¡La muy tozuda no ha sido capaz de abandonar el vicio! pensé. Mientras tanto, ella utilizaba ese disimulo que sólo tienen las mujeres para fingir que no me había visto, incluso llegué a dudar de que lo hubiese hecho y mucho más de que me fuese a saludar.

Una vez me hallé a su altura, fue ella quien disparó primero, se puso en pie y sin saludo previo me plantó dos enérgicos besos, estuve durante unos segundos sin saber reaccionar, sus ojos brillaban mucho, como en esos momentos en los que olvidas todos tus problemas y por un momento te deleitas en un efímero instante de felicidad.

En efecto su rostro reflejaba que sus últimos años no habían sido fáciles, su belleza se mantenía, pero algo me hacía pensar que había tenido muchos problemas.

Ella había roto el hielo y fue además quien comenzó a hablar; "¿Dónde has estado? Me he acordado muchas veces de tí". Traté de resumirle al máximo todo lo ocurrido desde que no nos veíamos. Estaba inmerso en mi narración cuando algo me decía que no debía preguntarle por la suya, intuía que ni a ella le gustaría contarlo, ni a mí escucharlo; pero llegados a ese punto no pude renunciar a un "¿Y tú qué tal todo?".

No reproduciré por respeto, todo lo que me contó, todos los detalles tan duros, la vida se había burlado de ella, empezó con mala familia, malas compañías, siguieron malos hábitos y todo se vio condimentado con malos compañeros de viaje. Tras escuchar atentamente, no me cabía ninguna duda de que si Dios existía, era normal que no se manifestase, que se escondiese por pura vergüenza.

Era evidente que no había tenido posibilidad de convertirse en forense, ni tan siquiera de acabar el bachillerato. Trabajaba en la tienda en cuyo escaparate estaba fumando previamente y se resignaba a que, en plena crisis, no podía quejarse.

Me dijo que acababa su jornada en 15 minutos, a mí me quedaban unas cosas por hacer, así que acordamos tomarnos algo un cuarto de hora después.

A la hora convenida, ambos nos encontramos a los pies de la estatua ecuestre de Alfonso VIII. Sin uniforme lucía una imagen sensiblemente más atractiva y era evidente que se había dado un retoque de maquillaje y más perfume; las mujeres dominan siempre todos esos pequeños detalles.

Nos dimos cuenta de que en realidad no queríamos entrar en un bar a contarnos la vida, como hace el resto de la gente, así que decidimos dar un paseo por donde solíamos hacerlo en otro tiempo. (Lo que aconteció, junto con el desenlace de la historia, queda para después del fin de semana).

"Cuéntame, dime, ¿Quién te ha colgado el mar de las pestañas?
Y ahora dársena de estiércol se tornó la comisura de los besos."

Paseando por esta memoria mía


Aún recuerdo la última vez que le vi, era una tarde, muy cerca del ocaso. Volvíamos de la Escuela de Idiomas, caía una constante lluvia fina, se presumía una noche gélida, pero de ese frío que no registran los grandes termómetros de las aceras, sino del que se siente cuando a solas das vueltas en la cama pensando que algo importante está ocurriendo en tu vida y no sabes si sabrás manejar las riendas de ese cambio.

En mi retina permanecen su abrigo de cuadros rojo y negro, sus vaqueros ajustados y aquellas botas rosas que tan poco me gustaban. Yo llevaba un abrigo azul oscuro, con las botas y pantalones negros, negro como el recuerdo de aquella noche.

Para entender todo esto, hay que remontarse unos años. Nos conocimos por casualidad en una de esas mañanas que, inconscientes, nos fugábamos del instituto. Ella era preciosa, una de las mujeres que más me han impactado a primera vista, sus ojos verdes se me clavaron como una navaja de reyerta, desde aquel día empezamos a vernos, al principio, con Juan, Lucy y los demás y luego a solas.

Poco a poco se convirtió en una persona imprescindible en mi vida, o eso creía yo, mientras le escribía mi parte de la correspondencia que manteníamos. Ella, apabullantemente inteligente, soñaba con ser forense, alucinaba con todos aquellos reptiles del laboratorio metidos en formol, yo siempre creí que sería un sueño poder llegar a ser algún día arquitecto. Se nos iba la vida en cada beso, en cada mirada, en cada instante juntos, en cada sueño.

Todo aquello estaba derrumbándose al suelo, deshaciéndose en los charcos de la lluvia; ambos sabíamos que lo nuestro se acababa, yo había aprobado mi último curso del instituto y estaba a la espera de las notas de la prueba de acceso a la universidad, mientras que a ella, se le habían atragantado las matemáticas un par de cursos atrás.

Nos prometimos mil cosas, recordamos mil momentos, pero la realidad se imponía, yo abandonaba Plasencia me lanzaba al desafío de la vida universitaria, ella quedaba en la Perla del Valle.

El tiempo y la distancia nos separaron, aunque debo reconocer que con mucha frecuencia pensaba en ella, en aquella mirada y en aquellos carnosos labios.

Hace unos meses la vi, pero esa es otra historia (la próxima historia de este blog).

"Te daré mi corazón, te daré mi vida, te daré mi alma perdida"

jueves, 25 de noviembre de 2010

Si te pega, no te quiere


No olvidemos en el día contra la violencia de género, a todos los hombres y mujeres que sufren un drama en sus casas por culpa de sus parejas.

domingo, 21 de noviembre de 2010

El Neoliberalismo, ese modelo decadente


La palabra crisis tiene muchas definiciones, muchas más supuestas explicaciones y muy poquita ética en su seno.

La crisis económica es, en conjunto, el fracaso cíclico de un sistema en total desequilibrio, basado en un crecimiento desmedido y sin meta clara, que es el que hace que se lleguen a puntos en los que la situación es tan catastrófica que el sistema necesita ser parcheado, remendado y recauchutado, para seguir siendo la misma bazofia.

Llegará un punto en el que el sistema neoliberal, fundamentado en las bases del capitalismo más rancio y repugnante colapsará, no sé si será con esta crisis, la siguiente, o la siguiente. No podemos mantener un sistema que sobreexplota los recursos naturales, fomenta las diferencias entre las culturas, entre los pueblos. No puede ser.

Los que sostienen los hilos tratarán de demorar el colapso, pero saben que llegará, como en el fondo, lo sabemos todos.

No en mi nombre-Habeas Corpus

Ni cuantitativa ni cualitativamente,
no ha existido en la historia otro sistema igual a éste,
igual de desigual, igual de destructivo,
igual de fraticida, criminal y genocida.

Sin necesidad de cámaras de gas,
sin tener que usar ni purgas ni gulags,
el neoliberalismo hace lo mismo,
lo mismo, eso sí, hecho de un modo distinto.

Los pobres son los nuevos enemigos,
el nuevo pueblo elegido para el martirio,
la carne indolente, el defecto del milagro,
los protagonistas del más moderno exterminio.

Ni Hitler ni Stalin mataron como hoy matan
los ahora mandamases de la economía-mundo,
sus víctimas se cuentan
por millones en todo el mundo.

No en mi nombre.
Parádlo ya.

Parad este holocausto,
este nuevo holocausto.

La solución final se vuelve a reactivar,
conjugando clasísmo y racísmo una vez más.
La solución final desprecia otra moral
que aquella que bendice y justifica el capital.

Paradlo ya.

Tanto objetiva como subjetivamente
el neoliberalismo es un modelo decandente,
lo es en esencia y en apariencia,
lleno de contrastes y de contradicciones.

Un infierno en la tierra en cuya entrada pone
"el que entre aquí que abandone toda esperanza",
la esperanza es sólo propiedad de aquellos
que también son propietarios del dinero.

Todo, todo está relacionado,
el desarrollo es gracias al subdesarrollo,
la organización mundial del comercio,
el Banco Mundial y el Fondo Monetario.

Conforman el nuevo triángulo de las Bermudas,
que engulle países por la deuda externa.
Creando bolsas de pobreza
que inundan de esclavos el nuevo "El Dorado".

No en mi nombre.
Parádlo ya.

Parad este holocausto,
este nuevo holocausto.

La solución final
se impone como la
mejor de las recetas,
como la única verdad.
La solución final
pretende eliminar
lo que llama el sobrante,
su cupo de indeseables.

No uséis mi nombre.

No me lo manchéis de sangre.
No uséis mi nombre, no me lo manchéis de sangre.
No uséis mi nombre y no me hagáis responsable
de vuestro crímen, de vuestro execrable crímen.
No uséis mi nombre, no.

Parádlo ya.

Parad este holocausto,
este nuevo holocausto.

No uséis mi nombre.
No me lo manchéis de sangre.

jueves, 11 de noviembre de 2010

De fan a psicópata


Hoy quiero comentar una aberrante noticia, pero antes de decírosla haré una brevísima introducción para ubicaros.

A muchos no les sonará el nombre de Slipknot y seguramente ni se inmuten. Se trata de una banda de metal, nacida en 1995 en Iowa (EEUU), hacen un metal diferente, han roto muchas barreras y, gracias a ello, sus seguidores son legiones a lo largo y ancho del Globo.

El 24 de mayo del presente año, el bajista Paul Gray, fue encontrado muerto, a causa de una sobredosis. Situación ésta muy común en la historia de la música, hasta ahí todo es relativamente normal.

He aquí la noticia que chirría en todo esto, Slipknot denuncia robos en la tumba de su bajista Paul Gray, fallecido en mayo. Sí, se habrán quedado como yo, estupefactos. El vocalista de la banda, Corey Taylor, ha difundido en Twitter: "Alguien ha robado unos artículos dejados por mi familia en la tumba de mi hermano. Si encuentro a quien ha hecho esto puede tener por supuesto que todo se convertirá en un infierno".

Me cuesta comprender cómo alguien puede llegar a tal grado de bajeza, cómo se puede llegar a profanar una tumba, por el morbo de sacar las figuras de una gárgola y un buda. No me lo explico. No sé que puede pasar por la cabeza de un fan que se inclina por hacer semejante acción.

Creo que a veces en esta sociedad se va de las manos la admiración hacia alguien, ya sea deportista, actor, cantante,... parece ser que siempre hay que tener un ejemplo, un líder un espejo en que mirarnos. Ocurre en ocasiones que ese espejo está deformado y su deformación nos confunde, es en ese punto en el que todo lo que estaba bien dentro de los límites de la cordura, empieza a correr peligro.

Por eso de vez en cuando, es recomendable comprobar el estado de los espejos...


miércoles, 10 de noviembre de 2010

Narcos, Crisis


Ayer leía un titular llamativo en El País: "Dos amas de casa dirigirán las comisarías de dos peligrosos poblados de México".

No creo que quede nadie que no conozca la preocupante situación de México, asolado por bandas de criminales, que fundamentalmente obtienen sus ingresos del tráfico de drogas y del tráfico de personas, y que tienen un gran poder en México.

Mientras leía la noticia, no dejaba de pensar en Araceli, una vieja amiga mexicana, que con frecuencia me relata algunas de los terribles casos que acontecen por aquellas tierras. Recuerdo cuando me contó un juego al que jugaban los narcos en algunos barrios de su ciudad, Guadalajara, en el estado de Jalisco. Consistía en detener su coche en un semáforo, y cuando la luz se ponía en verde no emprender la marcha. Si el inocente conductor que le seguía se atrevía a hacer sonar su claxon, le descerrajaban unos disparos sin contemplación y si aguantaba pacientemente, le daban unos Pesos por su paciencia. Macabro juego, macabra situación la mexicana.

La situación de Ciudad Juárez es incluso más extrema, cientos de mujeres han desaparecido en los últimos años y en el mejor de los casos, han sido hallados sus cadáveres en el desierto. Violaciones, tráfico de armas, rituales satánicos de los vecinos del norte, hay historias para todos amantes de relatos escalofriantes.

Todo eso ocurre a las puertas de Estados Unidos, como ocurren las salvajadas que está llevando a cabo Marruecos en el Sáhara Occidental, a las puertas de Europa.

¿Dónde está el Gobierno Mexicano?
¿Dónde están las Naciones Unidas?
¿Dónde está Europa?
¿Porqué Estados Unidos se van a "solucionar" el mundo a países muy lejanos mientras ya ni los policías quieren serlo en México?

De nada sirve tanta palabra de cara a la galería, tanta preocupación por la agonía de un sistema económico que se muere por inviable. Si no se solucionan los problemas de miles de personas en el mundo que viven sin lo más esencial, será un insulto a la razón que nuestros países destinen miles de millones para poner parches a un sistema caducado, obsoleto y envenenado.

Disculpad el tono de hoy, pero necesitaba escupir todo esto.