lunes, 19 de julio de 2010

Vidas cruzadas


Cada vez que uno se enfrenta al blog, se plantea cual es el límite de lo personal, lo privado, lo que interesa a sólo unos pocos. No siempre uno sabe marcar esa difusa línea que marca esa frontera, y otras veces se respeta demasiado.

En un blog uno cuenta algunos de los acontecimientos de su vida, recoge los sentimientos de las distintas fases por las que vamos pasando, a veces te apetece decir que ves todo de color de rosa, y otras que te parece que el mundo es una completa mierda. Hoy es un día de los primeros, me siento muy feliz y simplemente me apetecía contarlo, me apetecía decirlo y dejar constancia.

Tengo una familia fabulosa y muy buenas personas a mi alrededor, personas que te hacen afrontar los malos tiempos con la mejor de las sonrisas. Sería una osadía hacer una lista con todas estas personas estupendas, siempre se quedaría alguien en el tintero.

Es incalculable el número de personas que pasa por nuestras vidas, todos ellos dejan su huella, su calado, todo el mundo nos aporta algo, cada cual en una medida, pero todo suma. Por eso hay que saberse empapar de las personas, aprender, socializarnos más, ampliar nuestro campo de visión, comprender que todo el mundo ve las cosas de su propia manera, y la mayoría de esas formas de entender las cosas están argumentadas coherentemente.

Quien se cierra a conocer a los demás, a empatizar con sus inquietudes y problemas, tendrá siempre un conocimiento mucho menor de todo cuanto le rodea. Pero eso ya es una decisión de cada uno.


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