martes, 30 de octubre de 2012

El deshaucio, el embargo

 

Si pienso en hace unos años, me parece mentira, el otro día leí en prensa que se producen 500 deshaucios al día- Imagino la infinidad de dramas que hay detrás de ese frío número. También leí hace poco que un hombre había sido deshauciado mientras sus hijos de 13 y 7 años estaban en el colegio... terrible. Por no hablar de la tasa de suicidios que se ha disparado por esta motivación.

Llevo días dándole vueltas a este asunto, a la codicia de los bancos, a la actitud irresponsable de quienes firmaban una hipoteca muy alejada de sus posibilidades reales y sin leer el contrato, a la pasividad de quienes debieron parar esto a tiempo y no lo hicieron, a la inconsciencia disimulada de quienes debiéndolo parar inmediatamente, no lo hacen.

Me acuerdo de aquel poema de Gabriel y Galán que me pone el vello de punta cada vez que se me pone delante:

El embargo - José María Gabriel y Galán

Señol jues, pasi usté más alanti
y que entrin tos esos,
no le dé a usté ansia
no le dé a usté mieo...

Si venís antiayel a afligila
sos tumbo a la puerta. ¡Pero ya s'ha muerto!

¡Embargal, embargal los avíos,
que aquí no hay dinero:
lo he gastao en comías pa ella
y en boticas que no le sirvieron;
y eso que me quea,
porque no me dio tiempo a vendello,
ya me está sobrando,
ya me está gediendo!

Embargal esi sacho de pico,
y esas jocis clavás en el techo,
y esa segureja
y ese cacho e liendro...

¡Jerramientas, que no quedi una!
¿Ya pa qué las quiero?
Si tuviá que ganalo pa ella,
¡cualisquiá me quitaba a mí eso!
Pero ya no quio vel esi sacho,
ni esas jocis clavás en el techo,
ni esa segureja
ni ese cacho e liendro...

¡Pero a vel, señol jues: cuidaíto
si alguno de ésos
es osao de tocali a esa cama
ondi ella s'ha muerto:
la camita ondi yo la he querío
cuando dambos estábamos güenos;
la camita ondi yo la he cuidiau,
la camita ondi estuvo su cuerpo
cuatro mesis vivo
y una nochi muerto!

¡Señol jues: que nenguno sea osao
de tocali a esa cama ni un pelo,
porque aquí lo jinco
delanti usté mesmo!
Lleváisoslo todu,
todu, menus eso,
que esas mantas tienin
suol de su cuerpo...
¡y me güelin, me güelin a ella
ca ves que las güelo!

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