jueves, 6 de septiembre de 2012

A Esperanza Aguirre habría que matarla

   
Esperanza Aguirre con sus hijos, que sepamos, ninguno de los dos es arquitecto precisamente

El título simplemente quiere llamar la atención porque hoy, una marquesa y grande de este país, que además es Presidenta de una Comunidad Autonóma, la Sra. Esperanza Aguirre, ha dicho sobre los arquitectos:

"Habría que matarlos. ¿Tú sabes por qué habría que poner pena de muerte? Me caen mal los arquitectos porque sus crímenes perduran más allá de su propia vida"

Quería puntualizarle dos cosas a esta mujer:

1-A mi me caen mal los gobernantes como ella, los que permiten (han permitido) que arquitectos (a quienes algunos llaman "estrellas") se forren a costa de la ignorancia y la megalomanía del mal gobernante de turno, ejemplo de esto son el 99,99% de las obras de Santiago Calatrava y el 100% de las de Frank Gehry por ejemplo, pero la lista es amplia. 

Mientras eso ocurría, miles de arquitectos jóvenes esperábamos una oportunidad que ni nuestros gobernantes nos dieron. Y el gran público contento con cosas como el Guggenheim de Bilbao o la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Y ahora me dispongo a decirle la segunda cosa:

2- Lo que usted dice, lamentablemente lo piensa mucha gente; esa gente que tiene una total ignorancia sobre lo arquitectónico, pero a pesar de ello, opinan. Es como si yo opinase sobre sus colegios concertados o sus sanidad medio privatizada, los que podrán hacerlo serán los ciudadanos que los sufren.

Pero esto no es nuevo, no se crea. Ya en la edad media, se quemaron catedrales porque no eran, a ojos del vulgo, tan bellas como sus predecesoras. Porque no sé si sus ignorantes ojos, Sra. Aguirre, son capaces de diferenciar entre la gigantesca diferencia existente entre la catedral de Zamora y la de León, por ejemplo.

Pero no se preocupe, que lo suyo tiene cura, se cura leyendo y viajando, y ya está usted sacándole suficiente dinerito a los ciudadanos de Madrid para podérselo pagar, que con ustedes ya todo es de pago. Yo no pediré la pena de muerte para usted, si lo hace alguien que sean sus ciudadanos, los que le hacen ganar con mayorías absolutas. Pena, penita, pena.


lunes, 3 de septiembre de 2012

Con solamente una llamada

 

Sonó el teléfono. Mentiría si dijese que no me tembló el pulso al coger el móvil y ver su nombre en la pantalla iluminada, era ella, tanto tiempo después, ella era. Poco importaba que hubiese pasado por horas el día de mi cumpleaños, ese día que tan poco me gusta, en ese instante olvidé todo.

Las últimas veces que habíamos hablado estábamos lejos de los tiempos de vino y rosas, distanciados, fríos, midiéndonos, pero esta vez no. Todo parecía volver a ser como en aquellos días lejanos, cuando una sonrisa brotaba de sus labios con una simple flor de papel y mis ojos brillaban tanto como me costaría volver a recordar.

Las palabras fluían, queríamos resumirnos los últimos años a trompicones, desordenados, como un cálido y efusivo abrazo a muchos kilómetros de distancia. Quizás no todo lo que escuchábamos el uno del otro nos gustaba demasiado; la vuelta al tabaco, la hipoteca, l@s respectiv@s acompañantes de viaje,... todo aquello de las llamas, las brasas y los rescoldos, ya se sabe.

Hay detalles y sensaciones que difícilmente se pueden llegar a transmitir y definir con exactitud mediante palabras, pero creo que acierto si digo que fueron, sin lugar a dudas, 32 minutos y 50 segundos de felicidad.

"Hoy puedo mirar atrás
sin que las lágrimas nublen mi vista.
Vivo exiliado en un bar
donde el amor respira por sus heridas.
Mi copa sabe esta noche
a beso de despedida."


sábado, 1 de septiembre de 2012

Un gran día

Un 1 de septiembre de mediados de los 80´s veía por primera vez la luz un servidor.

Precisamente ese mismo día, domingo, en las frías aguas del Atlántico Norte, Robert Ballart descubría los restos del transatlántico más grande jamás construído hasta entonces, el Titanic a 3784 m de profundidad. Se desconocía su paredero exacto desde 1912, cuando se hundió al rozar con iceberg, como todos sabemos y el cine se ha encargado de narrarnos románticamente.

En clave local, ese 1 de septiembre de 1985, salía a la luz la famosa flor del cementerio de Casar de Palomero, en el nicho (lejos de la tierra y del suelo) de María Josefa Lorenzo, familiar de mi abuela. Curiosidades del destino, el día que nací yo, también nació la rosa en el panteón de mi familia, el mismo en el que quizás yo sea enterrado algún día.

Al tema de la flor se le dio mucha resonancia debido a que tenía 16 hojas, tantas como años había alcanzado a vivir la pobre joven que yacía en aquel lugar, además de que aparentemente no se apreciaba tierra alguna de donde pudiese nutrirse, y para colmo se trataba de una flor poco común, una amaranthus cristatus.

En fin, nací en un día curioso tanto a nivel mundial, como en este Valle tan precioso en el que vivo, que me da vida y me la quita. Y no se me ocurrió otra cosa que entretener a mi madre y de qué forma. Por eso y por tantas cosas más, necesitaría vivir un millón de a
ños para agradecerles todo lo que les debo a mis padres. Felicidades a ellos por aguantarme todos estos años. 


No  me gusta demasiado este día del calendario, pero es una excusa, para recordar todo lo que tenemos y que quizás en el día a día no valoramos tanto.

Quiero tener el poder
de hacer llorar el corazón
de la gente que no sabe
que quien no arriesga no gana y no pierde,
que sólo a los cobardes les persiguen las agujas del reloj.

A veces abro la puerta y veo pasar gente.
Solo, cierro de un portazo,
mientras observo y leo en los labios
que aún queda miedo al rechazo.
Me siento esclavo y me mata el tiempo
de quien no lleva amor en los brazos...